Identificar las emociones y cómo gestionarlas, es sin duda, el primer paso para crear ambientes laborales saludables, ya que de manera individual el autoconocimiento y el uso de la inteligencia emocional, nos provee de herramientas útiles y necesarias para la resolución de conflictos, el manejo del estrés, así como para prevenir cuadros de ansiedad y depresión que suelen pasar desapercibidos en los ambientes laborales, preponderando así la salud mental, como herramienta y signo de bienestar y productividad.